
Nuestro proyecto nace en el año 2004 como una experimentación textil, donde las texturas, colores y posibilidades que nos ofrecen las telas, cartones, hilos y acrílicos acopiados de diferentes industrias, van tomando forma de piezas en evolución constante, femeninas, atemporales, de colores vibrantes y con mucha personalidad.
Nuestras piezas son trabajadas artesanalmente por grupos de mujeres artesanas de la ciudad de Lima y del interior de nuestro país. Conscientes de la importancia de la presencia de una madre en el hogar para el crecimiento y desarrollo de sus hijos, implementamos un sistema en el cual puedan ellas desarrollar sus habilidades desde casa, ser líderes de su comunidad y aportar en la economía de sus hogares sin alejarse del seno familiar.
Siendo coherentes con nuestro compromiso de sostenibilidad, trabajamos cada una de nuestras piezas a pedido, destinando así nuestros insumos eficientemente y evitando más desecho requerido para nuestro proceso de producción.
Nuestras joyas han sido fabricadas artesanalmente con total esmero; para conservarlas como el día uno, ten en cuenta lo siguiente:
Lulu Salva, mujer, hija, madre y artista que un día decidió escuchar la voz de su corazón y transformar su vida, soltando el mundo corporativo para abrazar lo que siempre había habitado en ella: el arte textil. Creció como una pequeña testigo del maravilloso trabajo de su tía paterna – una modista de alta costura – quien le mostró la magia de transformar materiales simples en prendas maravillosas, pero lo que más la atrapaba era darle nueva vida a la merma textil, a todas aquellas pequeñas piezas que parecían olvidadas y sin valor. A su lado aprendió a prestarle atención a los detalles y a valorar la paciencia que requieren las manos artesanas; ella sembró en Lulu la certeza de que la belleza se teje con paciencia y sensibilidad.
Con más de 16 años de experiencia exportando sus piezas de joyería textil, su arte ha cruzado fronteras y hoy se exhibe en vitrinas y galerías de arte en Estados Unidos. Hoy cada pieza es un puente: entre lo íntimo y lo colectivo, entre la memoria y el presente. Cada pieza que crea lleva las huellas de sus raíces, el amor de quienes la inspiraron y la decisión valiente de vivir la vida desde el corazón y el arte.
